Patria y Unidad la escuela conducida por un niño de 12 años en Argentina
Foto vía: La voz de la madre tierra.
Leonardo Nicanor, conocido popularmente como el profe Nico, lleva 4 años a cargo de una escuela que él mismo fundó y aunque no está reconocida oficialmente por el gobierno de Argentina, este preadolescente asegura que sus estudiantes aprenden y no van a la escuela a jugar.
La seriedad con la cual, se ha tomado Leonardo el rol de docente, ha permitido que ayude a unos 36 estudiantes en la actualidad, algunos asisten para reforzar lo que aprenden en su jornada escolar regular, mientras que otros, como la señora Mirta Donoso de 40 años, da fe de que gracias al profe Nico, ahora puede escribir su nombre, además de encontrarse estudiando las operaciones matemáticas básicas.
De hecho, Mimí, como es apodada la estudiante, considera que su aprendizaje con Nico, bien vale la pena la caminata de más de treinta minutos bajo el sol, para poder acercarse a la humilde escuela Patria y Unidad, conformada por telas, latas, ladrillos y Nylon.
Y es que, tal parece que este pequeño tiene una vocación innata que le ha permitido solidarizarse con los niños de su comunidad, conformada por los barrios Las Piedritas I y II en Pocito de San Juan. Llevándolo desde sus ocho años, a fundar en el patio de la casa de su abuela, esta pequeña escuela que cuenta con varios “salones” que él mismo ha dividido con telas, para que los niños aprendan de acuerdo a su edad.
Así ha conformado un jardín de infancia y los grados de enseñanza que van desde 1º a 6º grado. El horario comienza a las 2 de la tarde y culmina regularmente a las 6, aunque en ocasiones, Nico no tiene inconveniente en extenderse de ser necesario, aun cuando a la mañana siguiente, bien temprano, debe asistir a su propia formación en una escuela oficial.
El caso de este noble niño, fue dado a conocer este año, y desde allí ha adquirido notoriedad a través de internet, pero en la comunidad de Nico, su escuela ha sido ampliamente conocida por todos desde siempre. En una entrevista dada al diario Clarín, Leonardo explicó que no solo los niños de su barrio podían tener acceso a su escuela, sino todo el que quisiera.
Sin embargo, la estructura, además de estar en muy precarias condiciones por no tener mayores recursos económicos, tiene espacios sumamente limitados, contando con tres aulas de 2 x 2. Cuando la noticia de su labor fue difundida en marzo, recibió reconocimiento público y se le dijo que tendría un mejor lugar para enseñar. De esta forma, quedó entusiasmado con la construcción de un salón de clases adecuado, pero no le han dado mayores detalles al respecto.
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Por este motivo, su abuela, que ha sido testigo de su esfuerzo y trabajo durante estos años en los que ha enseñado a otros en su patio, ha solicitado un préstamo con el fin de poder comprar los materiales necesarios que permitan materializar el sueño de su nieto de contar con una mejor estructura para su escuela.
¡Sin duda, una historia admirable!